Conocer nuestro perfil de riesgo es fundamental para tomar decisiones informadas en varios aspectos de la vida, incluyendo las inversiones. El perfil de riesgo determina cómo nos enfrentamos a las situaciones inciertas y cómo estamos dispuestos a asumir riesgos para alcanzar nuestros objetivos. En este artículo, exploraremos la importancia de conocer ese perfil y cómo se aplica a las inversiones, utilizando una analogía interesante: el cruce de una avenida.
Imagina que estás en una esquina de una avenida concurrida, y necesitas cruzar al otro lado. La forma en que decides cruzar la avenida puede revelar mucho sobre tu perfil de riesgo. Las personas que deciden cruzar por la cebra, esperando a que el semáforo cambie a rojo sin importar el tiempo que gasten, pueden considerarse como de riesgo bajo o conservadores. Estas personas valoran la seguridad y la certeza, y están dispuestas a esperar y seguir las reglas para evitar cualquier riesgo. No les importa gastar un poco más de tiempo si eso significa evitar cualquier peligro.
Por otro lado, las personas que se cruzan el semáforo en amarillo, observando que tan lejos van los carros, podrían ser de riesgo moderado. Estas personas están dispuestas a asumir algún riesgo, pero también son conscientes de los peligros potenciales. Están dispuestas a tomar decisiones informadas y a evaluar los riesgos y beneficios antes de actuar. No son tan conservadoras como las personas que cruzan por la cebra, pero tampoco son tan temerarias como las que se cruzan en cualquier lugar.
Las personas que se cruzan en cualquier parte de la avenida sin importar el color de la luz del semáforo, quienes se arriesgan a que pueda suceder un accidente, pero si logran cruzar ganan minutos valiosos de tiempo, pueden considerarse como de riesgo alto. Estas personas están dispuestas a asumir grandes riesgos para alcanzar sus objetivos, y no les importa desafiar las reglas o la convención para lograrlo. Están dispuestas a correr el riesgo de ser atropelladas para ganar tiempo y alcanzar sus metas.
Esta analogía se puede aplicar a muchas situaciones de la vida, incluyendo las inversiones. Las personas con un perfil de riesgo bajo o conservador pueden preferir invertir en instrumentos financieros seguros, CDT o fondos de riesgo bajo, que ofrecen la expectativa rendimientos pequeños pero estables. Además, las personas con un perfil de riesgo moderado pueden preferir invertir en fondos con exposición a monedas como el dólar u otras divisas o a índices accionarios como Nasdaq o S&P 500, que ofrecen rendimientos potencialmente más altos pero también conllevan más riesgo. Finalmente, las personas con un perfil de riesgo alto pueden preferir invertir en instrumentos financieros más especulativos o volátiles, como acciones o criptomonedas, que ofrecen rendimientos potencialmente muy altos pero también conllevan un riesgo muy alto de pérdida.
Los perfiles de riesgo no son ni buenos ni malos, simplemente hacen parte de nuestra vida y conocerlos es fundamental para tomar decisiones informadas sobre todo en relación con nuestras inversiones. Si no estamos dispuestos a asumir riesgos, podemos perder oportunidades de crecimiento y rendimiento. Al entender nuestro perfil de riesgo, podemos tomar decisiones que se alineen con nuestros objetivos y tolerancia al riesgo, y podemos alcanzar nuestros objetivos financieros de manera más efectiva.
